Lo tostaremos al horno, lo pasaremos por la batidora y ya tendremos pan rallado para hacer rebozados. Como ya sabéis, se utilizan dos tipos de pan rallado: el blanco y el moreno. El primero se hace con la miga y el segundo, con la corteza. De forma que hay que separarlos antes de que esté demasiado seco. Hecho esto, se tuesta al horno y se tritura por separado.
Utilizaremos el pan rallado blanco para manitas de cerdo, costillas, etc., mientras que el moreno lo usaremos para macarrones y pescados al horno.